Para muchas parejas la maternidad es un sueño algo difícil de alcanzar, principalmente por factores de salud. Sin embargo, el avance científico en los últimos 20 años ha logrado que sea más diverso el catálogo de tratamientos de reproducción asistida para concebir. La inseminación artificial y la reproducción in vitro son algunas de las opciones.
Dependiendo de las indicaciones médicas que tenga el paciente para no poder concebir, se elige el tratamiento adecuado. En el caso de mujeres que son mayores de 35 años, es recomendable optar por la reproducción in vitro, así como en casos de pacientes con problemas en las Trompas de Falopio. El gineco- obstetra y director de la clínica de fertilidad Niu Vida, Elder Benítez López, comenta.
“Si la obstrucción en las trompas es parcial o la paciente es menor de 35 años, se puede optar por una laparoscopia para revertir el diagnóstico y optar por un tratamiento de menor complejidad como es la inseminación”, comenta.
Sin embargo, también se debe tener en cuenta la cifra de efectividad: la inseminación tiene una baja tasa de embarazo muy baja para pacientes con obstrucciones en las trompas de Falopio. Situación similar sucede con hombres que tienen una calidad de semen baja. “Dependiendo de cada patología que presente la pareja se elige el mejor tratamiento”, explica el especialista.
¿Quiénes tienen mayor infertilidad: hombres o mujeres?
“La infertilidad puede ser un problema multifactorial: se dice que el 40% de los casos se deben a la mujer, 40% a los hombres y el 20% a ambos. Con la postergación de la maternidad, las mujeres llegan a consulta con una edad avanzada, superior a los 35 años”, comenta.
De acuerdo con el especialista, las mujeres tienen el rol más relevante en el embarazo: al iniciar la gestación después de los 36 años, la calidad de los ovocitos se reduce naturalmente. “Las patologías actuales están a veces relacionadas con la postergación de la maternidad”, afirma.
Chequeo completo
Las pacientes que buscan someterse a alguno de esos tratamientos deben pasar por un exámen de diagnóstico previo: evaluar sus estilos de vida (descarte de obesidad u ovario poliquístico) y diagnosticar enfermedades como hipotiroidismo, calidad de sueño, sedentarismo, consumo de bebidas alcohólicas en exceso. Tanto el hombre como la mujer deben ser evaluados, pues en la calidad del esperma puede verse perjudicado con la presencia de diversos problemas de estilo de vida.
“Si no se hace un cambio en el estilo de vida, los tratamientos no tendrán la efectividad que requieren. En este tipo de pacientes se tiene que trabajar junto a la especialidad de endocrinología para que se tenga una mejor respuesta al tratamiento”, comenta.
También popularmente conocido como aborto natural o involuntario, tiene lugar cuando el bebé no ha alcanzado aún un peso suficiente (por debajo de los 500 gramos) que le permitiera sobrevivir en caso de que se indujera el parto.
Las estadísticas reflejan que el aborto espontáneo ocurreen un 15-20% de los embarazos, pero este porcentaje podría ser, incluso, superior, ya que puede haber casos en los que se produce el aborto de forma muy precoz, sin que la mujer fuera consciente de su embarazo, por lo que puede confundirse con la menstruación. Son los llamados embarazos bioquímicos.
En las mujeres a partir de los 35 años y, sobre todo, una vez atravesada la barrera de los 40, al mismo tiempo que se produce un descenso en el nivel de fertilidad, aumenta el riesgo de sufrir un aborto espontáneo durante el primer trimestre del embarazo.
El aborto espontáneo se puede identificar a través de síntomas como una hemorragia vaginal anormal y abundanteo un dolor abdominal fuerte (contracciones uterinas). Al experimentar estos síntomas se debe acudir de urgencia al ginecólogo para que pueda realizar una exploración y ecografía y ver si la gestación sigue adelante. En ocasiones, no hay ningún síntoma de que algo va mal y es en el control ginecológico donde se detecta que la gestación se ha detenido.
¿Qué tipos de aborto espontáneo existen?
Además del aborto inducido (voluntariamente solicitado por la mujer) o el terapéutico (indicado por un equipo médico), existen varios tipos de aborto espontáneo, que se pueden diferenciar por diferentes factores: frecuencia, madurez, edad gestacional, apariencia del saco gestacional, presentación clínica y complicaciones.
- En función de su frecuencia, podemos distinguir entre abortos aislados o esporádicos, es decir, cuando se produce un único aborto, y abortos recurrentes o de repetición, cuando se producen tres o más abortos espontáneos consecutivos. Actualmente, a partir de dos abortos consecutivos ya se aconseja iniciar un estudio de la pareja.
- En relación a la madurez del embrión o feto el aborto espontáneo podrá ser ovular (por debajo de 8 semanas de gestación), embrionario (de 8 a 16 semanas de gestación) o fetal (por encima de las 16 semanas de embarazo).
- En cuanto a la edad gestacional, pueden ocurrir de forma clínica, es decir, cuando se conoce el embarazo y se produce la pérdida gestacional. O de forma subclínica, cuando el aborto se produce en la etapa de la implantación y se confunde con un retraso menstrual. Son los llamados embarazos bioquímicos, pues se confirman detectando la beta hCG en orina o sangre, pero por ecografía no se ha llegado a ver un saco gestacional.
- En función de la apariencia del saco gestacional se puede observar, mediante ecografía, un saco vacío o anembrionado (más conocido como huevo huero), oun embrión cuyo latido se ha detenido (saco embrionado).
- En cuanto a la presentación clínica, se puede distinguir entre abortos inevitables (son los abortos completos si ya se ha expulsado el saco o abortos en curso, cuando se detecta el saco expulsándose) y abortos potencialmente evitables, que serían las amenazas de aborto, es decir, las embarazadas que presentan un sangrado que se resuelve y la gestación continúa.
- Por último, en relación a las complicaciones, se puede diferenciar entre abortos sin complicaciones o abortos complicados, es decir, cuando conllevan, por ejemplo, una hemorragia abundante o una sepsis (infección).
Causas por las que se puede producir un aborto espontáneo
El aborto espontáneo puede tener origen en diferentes causas e, incluso, puede no tener una causa identificada. La razón más comúnpor la que se producen los abortos espontáneos durante las primeras semanas de gestación son las aneuploidías (alteraciones en el número de cromosomas del embrión), cuya incidencia aumenta con la edad materna a partir de los 35 años.
También pueden sobrevenir los abortos en función de determinadas condiciones de la mujer, tales como las alteraciones en la cavidad uterina, el estilo de vida (tabaquismo, alcoholismo, consumo de drogas u otras sustancias tóxicas) o las alteraciones en la coagulación sanguínea (trombofilias).
Si has sufrido un aborto espontáneo y deseas volver a intentar quedarte embarazada, no tengas miedo, pues es algo que se produce con frecuencia y, por supuesto, sigues teniendo altas probabilidades para lograr el embarazo.
La recuperación es más rápida si cuentas con el apoyo de tus seres queridos y, por supuesto, con el del equipo de especialistas. Desde CREA, ponemos a tu disposición a nuestra psicóloga, que es la persona que mejor va a poder ayudarte en este momento. Sabemos que, de una u otra manera, saldrás adelante, todo irá bien y muy pronto podrás hacer tu sueño realidad.
Entender el cáncer como un castigo es un error. Simplemente ocurre y le puede suceder a cualquiera. Ahora bien, declinar la experiencia de la maternidad en base a criterios hoy superados, sí es una equivocación. En el Día Mundial del Cáncer de Mama, queremos explorar la situación de muchas mujeres que no se atreven a quedarse embarazadas, de modo natural o mediante técnicas de reproducción asistida, temiendo poner en peligro su salud. Para quienes aún creen que no se debe tentar a la suerte, tenemos un mensaje de esperanza: ser madre después del cáncer es tan normal como serlo antes de él o sin haberlo padecido nunca. Así nos lo explica la doctora Marisa López-Teijón, directora del Institut Marqués de Barcelona.
Para quienes aún creen que no se debe tentar a la suerte, tenemos un mensaje de esperanza: ser madre después del cáncer es tan normal como serlo antes de él o sin haberlo padecido nunca
¿A qué obedece ese temor a quedarse embarazada tras un diagnóstico de cáncer?
Parece que el deseo de ser madre supone un hándicap más a la mujer que ha pasado por la enfermedad. Lo más cómodo, tanto para médicos como para el entorno familiar –los imputs son los mismos–, ha sido hasta ahora repetir la fórmula de ‘te estás jugando la vida, te puedes morir’ y así, se ha tendido a no pensar en el futuro. Pero conviene señalar que, aunque hablamos de mujeres que ya han superado el cáncer, muchas siguen escuchando lo mismo: que no es posible o que no les conviene el embarazo. Ya ni se piensa en por qué no. Es no porque no. Sin embargo, hoy en día la vida es sustancialmente más larga que hace 50 años y a las mujeres que pasan de los 40 les queda por vivir la mitad de su vida. Naturalmente que pueden ser madres.
¿Por qué cree que esto aún sucede hoy?
Porque siempre ha sido así; lo difícil es el cambio de actitud. Clásicamente, el número de mujeres –de personas en general– que ahora superaban el cáncer era menor pero también se tenían los hijos mucho más pronto que ahora. En cambio, en la actualidad, también se puede ser madre mediante donación de óvulos, posibilidad tanto para mujeres que ya superado la edad de tener óvulos propios como para las que los habían vitrificado y la técnica no era tan buena como hoy. Pero, desde luego, el mensaje va dirigido con especial énfasis a las que ni se plantean tener hijos tras un diagnóstico de cáncer.
¿Cómo es la casuística que usted conoce?
Nosotros estamos atendiendo muchas mujeres de muchos países mediante una unidad especializada que valora cada caso. Y aceptamos casi todos casos porque no son hormonodependientes. Esto es, solo decimos que no a aquellas cuyo embarazo depende de hormonas femeninas y son los menos. Volviendo a lo anterior, al margen de que el número de curaciones era más bajo, a las mujeres que superaban un cáncer no se les daba el alta total. Se las ha tenido como en observación permanente y casi nadie se planteaba ser madre. Como tampoco lo hacían muchas que habían pasado tres cesáreas o les habían extirpado un riñón. O mujeres diabéticas. Afortunadamente, la Sanidad y la ciencia han cambiado y hemos superado ese punto de inflexión. Ahora sí se puede ser madre.
El descenso en las tasas de mortalidad y que las mujeres son madres cada vez más tarde, abren un nuevo paradigma
¿Qué riesgos entraña un embarazo en una mujer que ha superado una enfermedad tan complicada?
El de un embarazo. Simplemente eso, nada más. Es un riesgo que se acepta con ilusión, para muchas de nosotras el más bonito que podemos tener en la vida. Algunas mujeres que han superado el cáncer y se quedan embarazadas, tras la primera ecografía les pregunto cómo se encuentran y me responden que fatal pero no quieren medicación para contrarrestar mareos, vómitos o tensión mamaria. Prefieren, no te digo disfrutarlo, pero sí aceptarlo de buen grado. Forma parte de esa etapa y quieren vivirla tal cual.
¿Recomienda que se someta a una vitrificación de óvulos la mujer a quien se diagnostica un cáncer, por si acaso?
Siempre que se pueda, sí. Pero se trata de un proceso al que algunas mujeres prefieren no someterse en tanto se están tratando del cáncer, lógicamente. El mensaje de hoy es que se puede ser madre y hay vida después de superar el cáncer. Cuando una se cura, es para todo.
¿A quién puede recurrir una mujer que desea ser madre y aún tiene dudas?
Por ejemplo, a la asociación Baby Beatles, que orienta a esas mujeres que han superado un cáncer y naturalmente, a las que ni se lo plantean precisamente por ese motivo. Queremos que esta información les llegue a ellas pero también a oncólogos, ginecólogos y al entorno social.
Se considera que el semen de un varón presenta astenozoospermia cuando un alto porcentaje de los espermatozoides tienen su movilidad reducida.
Según los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al menos la mitad de los espermatozoides deben moverse y más del 25% deben moverse de forma rápida, rectilínea y progresiva. A causa de la astenozoospermia, lo que ocurre es que los espermatozoides pierden por completo su movilidad o se mueven de forma más lenta de lo normal.
Sin embargo, la astenozoospermia no es el único problema que puede presentar una muestra de semen. En este artículo te describimos con detalle cada uno de ellos.
Infertilidad masculina: Cómo detectar la astenozoospermia
El 35% de los casos de infertilidad tienen su origen en el factor masculino. De todos estos casos, entre el 30 y el 40% están directamente relacionados con trastornos en el semen, tales como la astenozoospermia.
Además del análisis de la historia clínica y de la exploración física, para poder determinar cuál es la razón por la que una pareja no puede llegar a concebir de forma natural, en primer lugar, se debe llevar a cabo un análisis de semen o seminograma.
Para que el seminograma refleje resultados fiables, la OMS recomienda una abstinencia previa de unos 3-4 días. Es muy importante que la muestra se recoja completa sobre el frasco estéril, si parte del eyaculado se derrama fuera no se podría realizar este test.
De esta forma, los espermatozoides eyaculados son más recientes y de mayor calidad, ya que no habrá pasado mucho tiempo desde la última eyaculación -lo que haría que, por ser estos más antiguos, hubiera empeorado su calidad-.
Se suelen realizar dos seminogramas para poder considerar que existe un problema en los espermatozoides.
Estudio del semen: ¿Qué parámetros se miden con el seminograma?
Los parámetros del estudio inicial son:
- Volumen: debe ser mayor de 1,5 mililitros.
- pH: debe ser mayor de 7
- Aspecto, color, viscosidad y homogeneidad: un semen normal debe ser gris, opalescente y homogéneo.
En los parámetros principales del estudio microscópico están:
- Concentración: debe llegar, al menos, a 15 millones de espermatozoides por mililitro.
- Movilidad: se analiza su progresividad (distancia que avanzan), su movimiento (en línea recta o en zigzag) y la velocidad con la que se mueven (rápida o lenta). Al menos un 40% de los espermatozoides deben tener estos tres parámetros correctos para poder considerarse de buena calidad.
- Morfología: se valoran la cabeza, el cuello y el flagelo (cola) de los espermatozoides para conocer qué porcentaje de ellos tiene la forma correcta (los normales deben estar por encima del 30%) y qué defectos pueden presentar en sus distintas partes (doble cabeza, anomalías en la parte intermedia o colas cortas, por ejemplo).
- Vitalidad espermática: en la muestra debe haber al menos un 50% de espermatozoides vivos y móviles.
Astenozoospermia y otros problemas en el semen
Además de la astenozoospermia (movilidad reducida de los espermatozoides), cuando en el seminograma se detecta que el semen o los espermatozoides no cumplen ciertas características, estos son los problemas que se pueden diagnosticar.
En los espermatozoides:
- Azoospermia: ausencia total de espermatozoides en la muestra de semen.
- Oligozoospermia: recuento bajo de espermatozoides (por debajo de 15 millones de espermatozoides por mililitro).
- Astenozoospermia: movilidad de los espermatozoides reducida (cuando menos del 30% de los espermatozoides no tienen una movilidad normal).
- Teratozoospermia: espermatozoides con morfología anormal (cuando menos del 4% de los espermatozoides no tienen una forma normal).
En el semen:
- Hipospermia: cuando durante el eyaculado se expulsa una cantidad de semen baja.
- Aspermia: cuando en el eyaculado no se expulsa absolutamente nada.
Este tipo de problemas en el semen y los espermatozoides pueden estar ocasionados por una patología médica de base (infecciones, diabetes, eyaculación retrógrada, tumores…), o bien por cuestiones relacionadas con el estilo de vida, tales como el consumo de tabaco, drogas y/o alcohol, una dieta desequilibrada o el sedentarismo.
Las mujeres diagnosticadas de cáncer de mama en edad reproductiva -entre los distintos tipos de cáncer que afectan a la mujer- son las pacientes que con más frecuencia vitrifican sus óvulos para no perder la oportunidad en el futuro de ser madres, según datos de la clínica Ginefiv.
Esta cifra ha aumentado en los últimos cinco años, debido principalmente a la información previa al tratamiento que se facilita por parte de los equipos médicos que atienden a la paciente oncológica (ginecólogos, cirujanos y oncólogos), siendo dicha información clave para el futuro reproductivo de las mujeres que pasan por un cáncer de mama.
El próximo viernes, 19 de octubre se conmemora el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, el tumor más frecuente entre la población femenina en España. De hecho, en nuestro país se diagnostican unos 26.000 casos al año, lo que significa casi el 30% de todos los tumores del sexo femenino, según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Gracias a los últimos avances y tratamientos en el campo de la reproducción asistida es posible que, en la actualidad, las mujeres que son diagnosticadas con cáncer de mama, muchas de las cuales son pacientes jóvenes y sin haber completado su proyecto reproductivo, tienen la posibilidad de preservar la fertilidad antes de someterse a tratamientos quimioterápicos que mermarán su capacidad reproductiva. A través de las técnicas de vitrificación de ovocitos, se permite conservar sus óvulos congelados, para que puedan ser fecundados en un futuro y una vez superada la enfermedad.
Más posibilidades con diagnósticos tempranos
El diagnóstico precoz en los procesos oncológicos de la mama es vital, pues el pronóstico y las expectativas de curación total de las mujeres mejora. Además, la información de los profesionales a la paciente acerca de la posibilidad de preservar su fertilidad hace que, en muchos casos, el tratamiento posterior sea solo un paréntesis en mujeres que por el cáncer han tenido que posponer sus deseos de tener un hijo.
“Para preservar la fertilidad en estas pacientes, lo importante es que el proceso sea ágil y rápido, de manera que puedan comenzar sus tratamientos oncológicos o ser intervenidas lo más pronto posible. Por ello, en reproducción asistida se utilizan protocolos de estimulación ovárica adaptados e individualizados en función de la paciente y del tipo de tumor” explica la Dra. Victoria Verdú, coordinadora de Ginecología de la clínica Ginefiv.
“Aunque es necesario estudiar cada caso en particular, es importante que la mujer se encuentre en una etapa temprana de la enfermedad, valorar su situación clínica y las posibilidades de recurrir a esta técnica, así como otros factores que pueden influir, como la edad o el inicio del tratamiento oncológico, entre otros”, añade la doctora.
Esta técnica consta de una primera fase de estimulación ovárica que se realiza de manera controlada por el especialista en reproducción asistida. Después, se extraen los ovocitos que han madurado mediante punción y, por último, los óvulos maduros recuperados en el laboratorio son crioconservados en nitrógeno líquido y a bajas temperaturas hasta el momento en que la paciente pueda utilizarlos. La técnica permite mantener las mismas características que tenían los óvulos en el momento de su congelación, según explica la Dra. Victoria Verdú.
La Fundación Ginefiv ofrece, desde hace una década, tratamientos de preservación de la fertilidad gratuitos para pacientes oncológicos.
El síndrome de ovario poliquístico (SOP) es un problema de origen hormonal que, por su impacto en la salud, afecta la calidad de vida de la mujer.
Es una condición en la que se forman pequeños quistes o folículos en los ovarios, además de causar un engrosamiento en el revestimiento de estos.
Suele presentarse durante la etapa de la adolescencia, aunque también puede darse en otros momentos de la edad fértil.
Dado que se produce por los altos niveles de andrógenos, también conocidos como hormonas masculinas, quienes la padecen pueden sufrir infertilidad.
Además, debido a este desequilibrio, se puede desencadenar otros incómodos síntomas que impiden llevar una vida plena y saludable.
Por fortuna, tras detectarlos, las pacientes pueden acceder a tratamientos médicos que ayudan a mantenerlo bajo control.
Teniendo en cuenta que algunas lo pueden pasar por alto, a continuación queremos revelar 6 señales que pueden alertarlo.
1. Manchas en la piel
Existen múltiples factores que influyen en la aparición de manchas oscuras en la piel; sin embargo, cuando estas se forman de repente, en áreas visibles, es probable que su causa tenga que ver con un desbalance hormonal.
Las mujeres cuya producción de andrógenos es descontrolada tienden a tener niveles altos de insulina en la sangre y, debido a esto, suelen padecer manchas en:
- Cuello
- Axilas
- Rostro
- Manos
- Área superior de los muslos
2. Dificultades para concebir o infertilidad
Son muy pocas las mujeres que, pese a tener síndrome de ovario poliquístico, tienen un útero y óvulos saludables.
La mayor parte de las veces la principal consecuencia de esta condición es la reducción de la ovulación y, por lo tanto, los problemas para lograr quedar embarazadas.
Los descontroles hormonales dificultan la concepción y, cuando se logra, suele acarrear graves complicaciones y riesgos.
Sin embargo, gracias a los avances médicos, en la actualidad hay varios tratamientos para inducir una ovulación normal en estos casos.
3. Aumento de peso
El aumento de peso descontrolado puede tener su origen en los desbalances hormonales que caracterizan el síndrome de ovario poliquístico.
Por desgracia, cerca de la mitad de las pacientes con esta condición suelen presentar este síntoma conforme avanza el problema.
Si bien puede sobrellevarse con una dieta saludable y ejercicio regular, también es fundamental solicitar ayuda médica para controlar la sobreproducción de hormonas.
4. Acné crónico
El acné es un problema cutáneo que puede desarrollarse en diferentes grados de gravedad, en función del factor que lo provoque.
Dado que produce granos notorios en la piel, quienes lo padecen suelen tener problemas de autoestima y seguridad.
En este caso se da de forma crónica debido a la producción excesiva de testosterona, una hormona que, en la mujer, debería segregarse en cantidades moderadas.
5. Crecimiento excesivo de vello
Las mujeres que padecen síndrome de ovario poliquístico suelen tener hirsutismo, es decir, crecimiento de vello corporal excesivo.
Aunque es normal que todas tengan pequeños vellos en varias partes del cuerpo, no es común que este crezca grueso y en grandes cantidades.
Su causa es la producción elevada de testosterona, ya que, en las féminas, esta afecta la piel y los folículos pilosos.
Visita este artículo: 3 remedios caseros para eliminar el vello de zonas no deseadas
6. Caída del cabello
La caída excesiva del cabello tiene múltiples causas y, ante esta, es necesario analizar si su origen es interno o externo.
En algunos casos se produce por anemia o deficiencias nutricionales, dado que el cabello requiere nutrientes para mantenerse fuerte.
Otras veces se producen por el uso de cosméticos y elementos de calor, puesto que estos debilitan de forma directa las fibras capilares.
No obstante, cuando viene acompañada de varios de los síntomas anteriores, es fundamental chequear si su aparición tiene que ver con el síndrome de ovario poliquístico.
Esto no solo porque los descontroles hormonales afectan la salud capilar, sino porque también pueden interferir en la capacidad de absorción de los nutrientes.
7. Ansiedad y depresión
La actividad hormonal en las pacientes con este trastorno suele provocar cambios bruscos de humor, con tendencia a la ira y la irritabilidad.
Las afectadas suelen caer con facilidad en estados de depresión y ansiedad, dado que los síntomas afectan su imagen corporal, su vida sexual y la fertilidad.
Estas situaciones deben tenerse muy en cuenta, puesto que, además del tratamiento médico, pueden requerir ayuda psicológica.
En conclusión, aunque los síntomas mencionados pueden aparecer ante otras enfermedades, es fundamental analizar si tienen algo que ver con esta condición.
Los médicos pueden detectarlo a través de exámenes médicos y, posteriormente, recetar el tratamiento más apropiado para cada caso.
