Barcelona ya fue protagonista de la reproducción asistida una vez. En 1984 nació en la ciudad el primer bebé probeta de España. Ahora, 34 años después, sigue siendo protagonista por ser el destino del llamado ‘turismo reproductivo’, que cada año lleva a miles de mujeres a Catalunya para convertirse en madres.
Para atender esta demanda de extranjeras, las clínicas catalanas se han tenido que adaptar. Según ha comprobado EL PERIÓDICO, de los 33 centros autorizados por Salut, 25 -algunos de ellos en Reus, Mataró, Girona e incluso Granollers- disponen de un servicio de atención y acompañamiento en varios idiomas, lo que supone el 75% del total de clínicas.
Pero no es casualidad. Hoy hay más extranjeras que catalanas que se sometan a tratamientos de reproducción asistida. El 53% de las mujeres que los reciben en Catalunya son extranjeras, según datos de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE). Y la tendencia ya se intuía en los últimos datos disponibles de la Generalitat, del 2014. Entonces, de las 17.053 mujeres que recibieron tratamientos, el 48,3% residían en el extranjero. Y de eso ya hace cuatro años.
Atención personalizada
Con este escenario, las clínicas catalanas se han puesto las pilas para atender a las pacientes internacionales. “Más de la mitad de nuestras pacientes vienen de fuera, desde hace ya algunos años”, confirma el director científico del Institut Marqués, Alex García. Para atenderlas, este centro cuenta con un equipo multilingüe que habla 10 idiomas. “Permite que la paciente, que viene de muchos lugares del mundo, pueda expresarse en su idioma y se sienta cómoda, como en casa. No hay barrera idiomática”, señala.
El 75% de las clínicas del sector ofrecen atención en varios idiomas ante la elevada demanda
La clínica Eugin de Barcelona llevó a cabo 6.500 tratamientos a extranjeras en el 2017, un 83% de su actividad, según la directora médico del centro, Amelia Rodríguez-Aranda. En el caso de Dexeus Mujer, el porcentaje de sitúa en torno al 20%, de las cuales el 50% son italianas, el 30% francófonas (Francia, Suiza, Bélgica y norte de África) y el 20% restante, de Alemania, Reino Unido Europa del Este o países árabes. “Cada paciente tiene asignado un asistente que lo acompaña en todo momento. Hay intérpretes de italiano, francés, inglés, ruso y desde hace cinco años también árabe”, explica Cristina Bas, coordinadora del Departamento Internacional de Dexeus Mujer. En algunos casos los centros ya contratan a médicos que hablen idiomas pero, en caso de necesitarlo, la mayoría disponen de intérpretes que acompañan a las pacientes a cada visita médica.
Esta política responde obviamente a una necesidad operativa, pero también a la voluntad de “dar las mayores facilidades” y de que las pacientes no se sientan tan fuera de casa, según Luis Zamora, director de Barcelona IVF. Esta clínica atiende a un 40% de pacientes extranjeras y el nació en 2010 con una clara vocación internacional.
Legislación flexible
Más allá del prestigio y la experiencia en tratamientos de reproducción que se ha ganado Barcelona a lo largo de estos años, según las clínicas, la principal atracción es que la ley española de reproducción asistida, del 2006, es muy laxa. Entre otras medidas, abre la puerta a mujeres solteras y lesbianas, autoriza la donación de óvulos y semen y mantiene el anonimato de los donantes. La reproducción asistida ya no es solo para los que tienen problemas de fertilidad, sino para todas aquellas mujeres que quieran ser madres. Según los centros consultados, esta ley marcó el inicio del turismo reproductivo.
“La mayoría de pacientes vienen porque la legislación española es muy permisiva. En Francia no se permite en parejas homosexuales o mujeres solas ni tampoco en Italia”, apunta Vicente Font, director del centro IMARA, de Mataró. Además, en estos países se limita el número de óvulos que se pueden fecundar y esto rebaja las posibilidades de éxito del proceso. Nuestra legislación también autoriza la congelación de embriones para futuros embarazos y también practicarles una biopsia que permite “transferir a la mujer sólo embriones que estén sanos”.
Ir más allá
Con el turismo reproductivo ya instalado en Barcelona, las clínicas intentan buscar ahora técnicas que las diferencien de otros centros. El Institut Marqués, por ejemplo, cuenta con un programa de adopción de embriones. En vez de adoptar un niño ya nacido, lo implantan en una mujer que posteriormente lo parirá.
Las clínicas intentan ahora marcar la diferencia con nuevas técnicas, como la adopción de embriones
Pero el futuro pasa por conseguir que las pacientes no tengan que viajar. O que lo hagan lo mínimo posible. “En los países donde es legal la reproducción asistida, podemos enviar los embriones para transferirlos a las mujeres; cuando es ilegal, vamos camino de que solo tenga que venir para implantarse el embrión y que el resto del proceso se haga desde casa”, anticipa García. El reto ya no está en conseguir más pacientes extranjeras, después de batir récords, sino en que sean los embriones y no las madres las que se desplacen. Aún queda mucho por ver.
Para realizar un tratamiento de fecundación in vitro es necesario obtener los óvulos y los espermatozoides, los cuales se trasladarán al laboratorio de fecundación in vitro para, tras prepararlos de forma adecuada, unirlos y que se produzca la fecundación.
Desgraciadamente la biología no es una ciencia exacta y el hecho de unir un espermatozoide con un óvulo no siempre da lugar a un embrión.
¿Qué fecundación deberíamos esperar tras esta unión?
Según los Indicadores de calidad del laboratorio de embriología establecidos por ASEBIR (2016), la fecundación mínima esperada cuando se trata de un ovocito propio sería 58.1%, la deseada sería 63.2% y una fecundación optima sería 73.5%. En el caso de un ovocito donado, la mínima esperada sería 66.3%, la deseada 70.3% y la fecundación óptima el 78.9%. En resumen, no todos los óvulos inseminados fecundan, de hecho, la fecundación del 100% es algo que ocurre en casos aislados.
Es por esto, que conocer cuántos óvulos habrán fecundado genera incertidumbre y en ocasiones se querría disponer de esta información lo antes posible, pero ¿cuándo se puede saber si un óvulo ha fecundado?
Cuando el óvulo ha fecundado se diferencia del que no lo ha hecho porque aparecen en su interior dos nuevas estructuras llamadas pronúcleos, uno de ellos de origen paterno y otro de origen materno. En las siguientes imágenes se observa la diferencia entre un óvulo no fecundado y otro fecundado:
¿Cuándo puedo conocer cuantos óvulos han fecundado?
Para que los pronúcleos aparezcan deben suceder unos cambios en el óvulo, imperceptibles al ojo humano, que requieren un tiempo. Se ha establecido que la aparición de los pronúcleos sucede entre las 16 y las 22 horas tras la unión de óvulo y espermatozoide. Es por tanto que el tiempo de espera hasta conocer si el óvulo ha fecundado sea de al menos 16 horas. Si se observaran los óvulos inseminados en otro momento diferente al estipulado se correría el riesgo de descartar embriones aptos al no haber podido valorar correctamente la aparición de los dos pronúcleos.
Las parejas que se someten a técnicas de reproducción asistida se sumergen en un universo nuevo para ellos y en ocasiones difícil de entender. Cada tratamiento que se realiza genera un mar de dudas a las cuales a veces es fácil responder y otras no tanto. Nuestro objetivo es que las parejas conozcan cada uno de los procedimientos a los que son sometidos y comprendan la naturaleza del proceso, apoyándolos y ayudándolos en el camino para conseguir el objetivo de un niño sano en casa.
Dra. Dori Rodríguez, embrióloga en Instituto Bernabeu.
El estrés en las mujeres puede originar cambios hormonales, alteraciones en el ciclo menstrual, problemas en el deseo sexual, incluso amenorrea -falta o desaparición de la menstruación-, que si se asocia a bajos niveles de estrógenos por un período muy prolongado puede ocasionar descalcificación ósea y atrofia de órganos genitales debido a padecer un alto nivel tensional.
Para disfrutar de una vida sexual normal y placentera influyen diversos factores, como la salud física, tranquilidad emocional y que todos los sentidos estén enfocados en el momento íntimo. Sin embargo, los altos niveles de preocupación y ansiedad que provocan los altos niveles de tensión afectan la intimidad de la mujer, entorpeciendo los mecanismos propios de su respuesta sexual normal. “De forma física se presenta de varias maneras destacando la lubrificación vaginal”, asegura la doctora Paula Soriano, especialista en Ginecología y Obstetricia de Hospital Quirónsalud Murcia.
Debido a los niveles elevados de hormonas de estrés pueden aparecer síntomas físicos desde dolores de cabeza, contracturas, problemas intestinales, problemas cardiacos hasta una caída en el sistema inmunológico. Es el denominado “Síndrome de Estrés Crónico”que puede mostrarse con síntomas psicológicos como angustia, frustración, irritabilidad, ansiedad, depresión o cansancio crónico, entre otros. Con todo ello, también se puede ver afectada la capacidad de tener más hijos ya que la mujer estresada no se encuentra en condiciones óptimas, psicológicas ni físicas para a ser madre.
¿Qué opinan los expertos?
Según Nuria Javaloyes, especialista en Psicología de Hospital Quirónsalud Torrevieja, explica que “muchas mujeres deciden embarcarse en la aventura de compatibilizarlo todo, intentando llevarlo todo bajo control. Así, se exponen diariamente a elevadas demandas cruzadas tanto en el trabajo como en sus casas y con sus hijos, generando altos niveles de estrés crónico”.
Según la doctora Soriano, “las alteraciones en el ciclo menstrual es uno de los cambios que pueden presentar las mujeres con altos niveles de tensión, incluso a las que tienen una menstruación regular, se les puede tornar irregulares”.
Un ciclo menstrual normal se produce cuando, a nivel cerebral, el hipotálamo libera de modo intermitente una hormona llamada GnRH (Hormona Liberadora de Gonadotrofinas), la que a su vez estimula la liberación de otras hormonas (la FSH y la LH) que son las responsables del desarrollo mensual de folículos a nivel del ovario, proceso que finalmente permite una correcta ovulación. “Pero, cuando hay un alto nivel de estrés se altera el tipo de liberación de la hormona GnRH, es decir, en lugar de liberarse poco a poco, lo hace de manera continua, de este modo, se inhibe la secreción de las hormonas FSH y LH, por consiguiente, se altera todo el ciclo menstrual”, explica la doctora Soriano.
¿Cómo poner fin al estrés?
Para aliviar el estrés, en muchas ocasiones, se adoptan comportamientos poco saludables, ya que hay cierta tendencia a mala alimentación, tabaco y/o alcohol. Estos comportamientos pueden hacer sentir mejor a corto plazo, pero a la larga, resultan perjudiciales. Practicar actividad física, realizar técnicas de relajación o simplemente desarrollar alguna actividad motivadora, puede mejorar el estrés y, de manera secundaria, nuestra salud y, con ello, nuestra fertilidad.
Fertilidad, estrés y mala alimentación
El estrés severo puede llegar a alterar el sistema de reproducción femenino, ya que puede causar amenorreas o ausencia de menstruación, que en muchas ocasiones ocurren en mujeres que están sometidas a situaciones de gran ansiedad.
Pero, otro factor de riesgo importante tanto para las alteraciones menstruales como dificultad para lograr el embarazo es la mala alimentación. Este hecho genera pérdidas de peso responsables, que a su vez producen alteraciones, de la misma manera que el estrés. Igualmente, las grandes oscilaciones del peso y los incrementos excesivos del mismo pueden producir estas mismas alteraciones.
Además, la doctora Soriano recuerda que “la influencia negativa que ejerce el alcohol, las drogas y el tabaco, no solo a nivel ginecológico sino en todos los aspectos de la salud de la mujer”. Por lo tanto, todas aquellas situaciones que de una u otra manera afecten al adecuado funcionamiento de los ovarios y puedan influir negativamente en la ovulación, afectan a la salud reproductiva de la mujer.
Asimismo, el hecho de que cada vez las mujeres demoren la maternidad por encima de los 35 años, y en muchas ocasiones por encima de los 40 años, repercute con mayor frecuencia en que haya ciclos menstruales en los que no se ovula, lo cual contribuye, por otra parte, a que no se logre el embarazo con la misma facilidad. De esta forma, el porcentaje de gestaciones sin ayuda de técnicas de reproducción asistida es menor en este rango de edad que por debajo de los 30 años.
La doctora Soriano recomienda iniciar conductas más saludables, como una dieta lo más equilibrada posible. En muchas ocasiones es preciso el control y seguimiento por especialistas en situaciones de obesidad, sobrepeso o peso excesivamente bajo.
Una veintena de familias atrapadas en Ucrania ha vuelto a poner sobre la mesa el debate de la gestación subrogada. La práctica es ilegal en España, pero los niños concebidos por este método en el extranjero se han venido inscribiendo en el Registro con normalidad. Hasta el pasado julio, cuando el consulado ucraniano paralizó los trámites. Exteriores justificó la maniobra con una investigación en curso: la Fiscalía sospecha del comercio de bebés en el seno de una de las grandes agencias de Kiev. Los afectados consideran la medida una traba ideológica. El PSOE se opone frontalmente a la gestación subrogada.
A día de hoy, el único partido que la defiende es Ciudadanos. En plena polémica, su presidente, Albert Rivera, anunció que intentará que su proposición de ley se debata en el Congreso antes de final de año. La formación naranja ya ha detallado el perfil de la “mujer gestante”, una mención que enfrentó a la diputada de centro Patricia Reyes con la vicepresidenta, Carmen Calvo. Una y otra trataron de arrebatarse la condición de feminista.
Más allá de la guerra declarativa, ¿cuál es el modelo que Ciudadanos quiere para España? Estas son las condiciones que debe reunir una mujer para ofrecerse a gestar el niño de otra pareja.
Características de la mujer gestante, según Cs
“Los derechos reproductivos no se ven plenamente garantizados en aquellas personas que han agotado o son incompatibles con las técnicas de reproducción humana asistida”, empieza la propuesta legal a la que ha tenido acceso este diario. A continuación, Ciudadanos lamenta que la ley actual “considere nulo cualquier contrato que suponga la renuncia por parte de una mujer a la filiación materna”.
Lo más complicado, explicaba Patricia Reyes en una entrevista con EL ESPAÑOL, pasa por deslindar la maternidad de la gestación. Por eso la propuesta, nada más comenzar, especifica: “La gestante es aquella que acepta dar a luz al hijo de otra persona”.
En España, pretende Ciudadanos, podrían optar a la gestación subrogada las parejas formada por individuos de igual o diferente sexo, al contrario de lo que ocurre en Ucrania. Los de Rivera remarcan que, en ningún caso, se trata de un método ideal, sino del camino transitable una vez agotadas el resto de posibilidades.
“La gestante no podrá tener vínculos de consanguinidad con los futuros padres”. Esta mujer sólo daría a luz para otra pareja en caso de que haya “posibilidades razonables de éxito y no se ponga en riesgo su salud física o psíquica”.
El proceso, sigue Ciudadanos, no podrá tener “carácter lucrativo o comercial”, aunque los futuros padres pagarán una cantidad a la gestante para “cubrir los gastos estrictamente derivados de las molestias físicas, los desplazamientos y los perjuicios laborales”. Además, los progenitores finales se harán cargo de un seguro del que disfrutará la “gestante”.
Esta mujer -indican los de Rivera- deberá ser mayor de 25 años y menor de “la edad que reglamentariamente se fije en función de las condiciones psicofísicas que se consideren adecuadas para la gestación con éxito”.
También deberá acreditar “plena capacidad jurídica y de obrar”, “un buen estado de salud físico y mental -no haber sufrido episodios de depresión o desórdenes psíquicos-” y “haber gestado, al menos, un hijo sano con anterioridad”. Del mismo modo, se le exigiría “disfrutar de una situación socio-económica adecuada”.
Por último, se testará su “nacionalidad española o residencia legal en España” y la ausencia de antecedentes penales o de abuso de drogas y/o alcohol. Tampoco podrá haber sido gestante en más de una ocasión.
Ya sea por la búsqueda de un embarazo o simplemente para mantener el equilibrio hormonal, existen prácticas que más vale erradicar. Cualquier mujer que desee una vida saludable y plena debe buscar el balance en su sistema endrocrino y reproductor y de ello depende en gran medida su estilo de vida.
“Además de todos aquellos hábitos tóxicos como el tabaco, alcohol o el exceso de cafeína, existen muchos otros que son igual de negativos para la fertilidad. El más común es el estrés, ya que la mente y el cuerpo están conectados e influyen recíprocamente sobre la salud reproductiva”, indica la Dra. Victoria Verdú, coordinadora de ginecología de la Clínica Ginefiv.
Aunque también aparecen en la cultura popular falsos mitos, como la creencia de que la píldora anticonceptiva influye en estos aspectos que, según los expertos, carece de base científica. “A día de hoy, las dosis hormonales de la píldora han sido ajustadas para conseguir el máximo efecto con los menores efectos secundarios posibles”, añade la Dra. Verdú. Sin embargo, existen otras pautas a desterrar para maximizar el bienestar de la salud femenina. Los expertos revelan cuáles.
1. Disruptores endocrinos
Productos cotidianos como los cosméticos pueden influir en la salud hormonal. “Los más comunes son los químicos conocidos como disruptores endocrinos. Son aquellos que interfieren con tu sistema endocrino que regula las hormonas”, explica la Dra. Verdú.
Lo que ocurre con estas sustancias es que pueden modificar el equilibrio hormonal relacionado con el sistema reproductivo y causar graves problemas si la exposición a los mismos se realiza de forma prolongada. Se encuentran sobre todo en envases plásticos, determinados productos cosméticos, de limpieza o insecticidas. La doctora recomienda utilizar productos testados dermatológicamente o aquellos catalogados como ecológicos.
“Es posible limitar la exposición a estos disruptores reduciendo la compra de alimentos envasados, calentando la comida en recipientes de cristal o en platos en lugar de plástico y no reutilizando las botellas de pet. En el caso de las conservas una vez abiertas, es mejor guardar el alimento en un tarro”, aconseja la dietista-nutricionista de alimmenta.com Jessica Hierro.
2. Dieta y ejercicio
Los extremos no favorecen el óptimo funcionamiento del sistema reproductivo. “Una dieta extremadamente exigente y la práctica de deporte extremo causan en el cuerpo grandes desajustes hormonales que pueden provocar amenorrea e, incluso, infertilidad”, alerta la Dra. Verdú. Este fenómeno se debe a que este sistema reproductivo es muy sensible a los trastornos que se producen en el cuerpo.
En el otro extremo, el sobrepeso y la obesidad también pueden desequilibrarlo. “El exceso de peso puede producir resistencia a la insulina y desajustes sobre los niveles de las hormonas tiroides y otros tipos de hormonas”, comparte la especialista de Alimmenta.
3. Estrés
El estrés es uno de los estados más frecuentes en la vida moderna y su impacto es obvio en el organismo. Se trata de un conjunto de reacciones a nivel biológico, psicológico y conductual que se generan ante situaciones ambientales exigentes y que cumple la función de incrementar nuestro estado de activación para poder atender dichas demandas.
“Existe la creencia de que una mujer puede estar teniendo dificultades para concebir porque está estresada y no es raro que escuche frases como ‘vete de vacaciones, relájate y verás cómo te quedas embarazada’ que generan mucha frustración y un gran sentimiento de culpabilidad”, indica Verónica Sanmartín Cuevas, psicóloga especialista en salud reproductiva y directora de Fertipsi. Sin embargo, según aclara, cierto grado de estrés es frente a un obstáculo vital de tal importancia es natural y por tanto sano. El problema comienza cuando interfiere en el quehacer diario y produce una situación de bloqueo.
Esto es común en quienes están buscando el embarazo con ayuda de la ciencia. “El estrés es capaz de producir modificaciones en el ciclo ovulatorio. En parejas que se están sometiendo a un tratamiento de reproducción asistida está comprobado que un nivel de estrés muy importante hace que abandonen estos tratamientos de forma precoz, impidiendo el objetivo final de llegar a ser padres”, aclara Verdú.
4. El ‘reloj biológico’
Cuando se supera la treintena, es normal recibir presión social respecto al asunto de la maternidad. “Las mujeres se exponen a ella cuando deciden postergar o eludir la maternidad, lo que puede provocar la toma de decisiones inapropiadas, no basadas en una elección personal”, cuenta Sanmartín Cuevas. La experta añade que si además se tienen dificultades para concebir, el cuestionamiento social constante solo añade estrés y frustración a su situación.
La presión social se forma en base a las experiencias vividas y las creencias construidas por un conjunto y por tanto no resulta sencillo cambiarla. “Es importante aprender a enfrentarla para evitar que genere emociones negativas o influya en nuestras decisiones”, añade Sanmartín que recomienda sincerarse sobre la situación con el círculo más cercano. “Es recomendable explicar de forma clara y contundente el motivo por el que no se está afrontando la maternidad, ya sea porque se prefiere esperar, porque se ha decidido no ser madre o porque se tienen dificultades”.
Al menos una veintena de familias españolas están atrapadas a día de hoy en Ucrania con sus bebés nacidos en este país por gestación subrogada por la negativa de las autoridades consulares de España a tramitar la inscripción en el registro civil de los recién nacidos.
Andrés y Silvia (nombres ficticios) llegaron a Kiev a principios del pasado mes de julio, cuando nació su bebé, y aunque la agencia intermediaria que se encargó de gestionar el contrato con la madre biológica del pequeño les avisó de la decisión del consulado español, creyeron que sería algo temporal.
“Sonaba a algo temporal, pero ya han pasado casi dos meses desde que dejaron de hacer las pruebas de ADN” por las que se acreditaba que el varón solicitante era el padre biológico del bebé, procedimiento que abría la puerta a la concesión de la nacionalidad española del niño, explica Andrés.
El Consulado de España dejó de tramitar la documentación de los bebés nacidos por gestación subrogada el pasado 5 de julio, con el pretexto de que las pruebas de paternidad violan la nueva Ley de Protección de Datos de la Unión Europea (UE), en vigor desde mayo pasado. Las autoridades españolas argumentan que el ADN es un material sensible que no puede ser tomado de acuerdo a la nueva normativa europea.
“Es una excusa que han puesto para dejar de hacer las tramitaciones por motivos políticos e ideológicos. La ley la aplican todos los países europeos, pero vemos aquí parejas de Italia, de Alemania, de Portugal que no tienen ningún problema con sus consulados y se llevan a sus hijos”, señala Silvia.
“No tiene cabida en el ordenamiento jurídico”
La pareja ya lleva casi dos meses un hotel en las afueras de Kiev y seguirán en Ucrania al menos hasta finales de octubre, que es la fecha en la que han obtenido cita del Consulado para solicitar la documentación para su bebé. “De todas formas, lo que nos dicen en la Embajada es que lo normal es que nos denieguen la inscripción en el registro civil. En octubre ya nos habrá vencido el visado de turista por el que hemos entrado y tendremos que salir del país”, se queja Andrés.
Y aunque en teoría podrán volver a entrar al día siguiente, están preocupados porque no saben con quién dejar al pequeño. “Nos sentimos muy desamparados por el Estado español. Es posible que tener un niño no sea un derecho, pero sí es un derecho nacionalizar al hijo de unos padres españoles. Lo único que le pedimos al Estado español es que cumpla con sus obligaciones”, agrega Silvia.
En diciembre pasado, España desaconsejó formalmente a las parejas que buscan tener un hijo por gestación subrogada viajar con este propósito a Ucrania, un país que se está consolidando como destino frecuente en busca de los llamados “vientres de alquiler”. Ucrania es uno de los pocos países de Europa donde este método reproductivo está regulado por ley y permitido para extranjeros.
La embajada de España en Kiev advirtió en diciembre que esta práctica no tiene cabida en el ordenamiento jurídico español. Si las familias que están ahora en Kiev no logran tramitar la nacionalidad española para sus hijos, la única alternativa que les quedará será obtener la ciudadanía ucraniana para los bebés y llevarles a España con un visado.
“Luego, la justicia decidirá sobre la posibilidad de legalizar su situación en nuestro país“, explica Silvia. Cada vez son más las parejas extranjeras que acuden en busca de una gestante ucraniana por el precio menos costoso del proceso en el país eslavo en comparación con otros, como Estados Unidos, el Reino Unido o Canadá, donde el procedimiento también es legal.
