Skip to content

El estrés: el enemigo de la fertilidad



El estrés forma parte de todos y cada uno de los aspectos de nuestra vida, ya sea en un ambiente laboral, doméstico o íntimo. Y como en todos esos ámbitos, su exceso y descontrol pueden ser nocivos para la salud. En lo que a la fertilidad se refiere, todos los profesionales del sector apuntan a que es un factor determinante. De hecho, según aseguran los expertos de Sanitas, el estrés es una de las causas que pueden influir negativamente en la capacidad para quedarse embarazada.

Pero no hablaremos aquí de estos factores que reducen posibilidades, sino del proceso psicológico que sufre una mujer (y su pareja) que ya se está sometiendo a un tratamiento de reproducción. En ese viaje, el estrés será sin duda un enemigo al que hay que apartar tanto como se pueda. No sólo es una cuestión de tranquilidad, sino también de salud. Los datos indican que un 30% de las personas que acuden a una clínica de reproducción asistida necesitan atención psicológica. Ahora bien, encontrarse dentro de ese tanto por ciento no supone el fin del mundo. Es más, no hay que sentirse mal por ello ni caer en los pensamientos negativos. 

Quizás sea aquí donde radican algunas de las grandes causas del estrés, aunque obviamente no se pueden descartar sentimientos tan básicos como la duda, el cansancio, la tristeza y, en algunas ocasiones, la falta de apoyos externos. En estos casos, se hace más imprescindible que nunca la ayuda de los profesionales, que han constatado que el estrés es el principal motivo de abandono en mujeres que están viviendo un tratamiento de reproducción asistida. 

En ocasiones, tras el primer intento, el embarazo no llega. Tras los sentimientos experimentados a la hora de tomar la decisión de comenzar, aparecería aquí un segundo estadio de ese estrés: el del primer fracaso. Pero lo que las pacientes han de tener presente siempre es que el triunfo no es fácil. Algunas tendrán suerte, y serán objeto de comparaciones innecesarias con el caso propio, pero lo cierto es que cada proceso es diferente y hay quien debe intentarlo varias veces para llegar al último de los estadios: el éxito.