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Dieta para favorecer la fertilidad masculina



Aunque el estudio advierte de que se debe continuar con el trabajo para obtener una certeza científica más profunda, pone en aviso sobre la grasa y el tipo que condiciona que una dieta sea más sana, no solo en términos generales, sino también en la producción de espermatozoides, condición directa para ser fértil o no serlo. La comunidad científica ya admitió los efectos beneficiosos de una dieta con cantidades adecuadas de antioxidantes (vitamina E, vitamina C y betacaroteno) en la movilidad de los espermatozoides. Ahora se trata de fortalecer esa calidad y aumentar la cantidad o, al menos, evitar que se reduzca. Se busca procurarse una dieta que mejore la calidad del esperma.

Conviene elegir carbohidratos integrales, ingerir cítricos y otras frutas ricas en vitamina C a diario, incluir una vez por semana, al menos, legumbres ricas en zinc como las judías rojas y blancas y, sobre todo, tomar de manera habitual alimentos ricos en omega 3 o ácidos grasos polisaturados. Además, hay que elegir pescado azul al menos tres veces por semana, comer cuatro nueces al día, usar como aliño la salsa de soja o añadir soja fresca a la ensalada diaria.

Tampoco hay que olvidar los alimentos ricos en betacaroteno (precursor de la vitamina A en el organismo), como la zanahoria, la calabaza, el albaricoque y la mayoría de las hortalizas de color anaranjado-rojizo, así como las verduras de hoja verde. Esta lista de hábitos alimentarios tiene la ventaja de estar en coherencia con una alimentación sana. Además, se recomienda hacer ejercicio, pero sin excesos. Los estudios alertan de que un entrenamiento excesivo, con más de cinco horas de deporte al día, o abusar de circuitos de musculación somete al cuerpo a un estrés que repercute de manera negativa en la producción del esperma.

Alimentos que empeoran la calidad del esperma

La mala calidad del esperma se relaciona con la mala alimentación. Esta es una razón más para renunciar a los hábitos alimentarios perniciosos. No solo se debe abandonar el tabaquismo, reducir el consumo de alcohol y evitar las drogas, sino que la lista de malas costumbres se amplía. La carne roja no debe constar en el plato cada día. Pero sobre todo, hay que tachar de la lista de la compra las grasas saturadas, con especial atención a las grasas trans.

Si se quiere potenciar la fertilidad, nada de snacks ni aperitivos salados (patatas fritas, palomitas), hay que retirar los productos precocinados (empanadillas, croquetas, canelones o pizzas) y prescindir de la ingesta cotidiana de mantequilla, nata, salsas grasas y quesos. Nada de bollería industrial, ni helados no artesanos. Estas prohibiciones deberían respetarse a lo largo de todo el periodo en que se quiere ser padre y, si se logra incluir el hábito más allá de la edad fértil, se conseguiría una dieta más amiga del corazón.

Nutrientes para mejorar la fertilidad

Seguir una dieta sana es aplicarse en lograr una mejoría en todos los aspectos, pero también en la fertilidad. Hay una serie de nutrientes que, si bien no determinan la calidad del esperma, el movimiento y el número de los espermatozoides, potencian ir por buen camino. El ácido fólico (abundante en las verduras y los cereales intregrales), el zinc (rico en las legumbres), la vitamina C (antioxidante natural por excelencia), la vitamina E (parapeto de los radicales libres) y la vitamina A (protectora de las células) son nutrientes que colaboran en la mejoría de los órganos sexuales y en su actividad.