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La mente, el consciente y el subconsciente, afectan a la fertilidad.



Hasta no hace muchos años, esta cuestión ni se planteaba entre los profesionales de la medicina reproductiva y la reproducción asistida, dejando así un espacio sin estudiar.

Tras los estudios realizados al respecto y tras lo vivido por los terapeutas de múltiples disciplinas en sus consultas, ahora podemos afirmar que existe un “amplio” espacio que no cubre la medicina, llamada, tradicional.

¿Sabéis que hay mujeres y hombres, que no tienen ningún problema físico reproductivo que le impida quedarse embarazos, y sin embargo pueden estar años en tratamientos de reproducción y no conseguir el bebé? Esto ocurre todos los días en las clínicas de todo el mundo.

Y este “no encontrar” la raíz del problema, obviamente desespera a pacientes y a profesionales. Quizá, si ampliáramos nuestro campo de visión, podríamos conseguir mejores resultados en la consulta.

Tras mi experiencia de años, viendo y viviendo los dramas de muchas parejas, y como experta en medicina reproductiva, puedo asegurar que la mente, el consciente y el subconsciente, afectan a la fertilidad.

Para que me entendáis de una forma clara y sencilla no voy a entrar en estudios científicos, ni escáneres cerebrales, ni quiero perderme en números y estadísticas. Poniendo un sencillo ejemplo entenderéis como afectan nuestros pensamientos y nuestro estado de ansiedad y estrés al aparato reproductor.

Me dirijo a las mujeres, en este caso. Nunca os ha pasado que habéis tenido una época muy estresante en el trabajo, unos días muy duros, con un alto nivel de ansiedad, donde no dormíais bien, por ejemplo.
O quizá en vuestra vida, ha ocurrido algo inesperado y desagradable: un despido laboral, un accidente, una muerte… y durante ese ciclo menstrual o a partir de ese justo momento, vuestra menstruación se ha alterado, se ha adelantado o se ha retrasado?

Pues esto, tiene una explicación biológica. Cuando se genera ansiedad o estrés, el cuerpo reacciona a través de hormonas que aumentan en el torrente sanguíneo, como por ejemplo el Cortisol o la Adrenalina.
Esta cascada hormonal produce una alteración del sistema inmunitario, pero también del sistema hormonal reproductor.

La FSH y la LH son hormonas fundamentales en el ciclo menstrual, éstas son producidas por la Hipófisis y el Hipotálamo (Partes del cerebro que se encargan del funcionamiento de los ovarios a nivel hormonal). Gracias al trabajo de estas zonas del cerebro, se mandan señales a los ovarios, a través de estas hormonas, para realizar correctamente el ciclo menstrual, es decir, la producción de los óvulos, crecimiento de éstos, la ovulación y maduración del mismo. Y gracias a esto conseguir un embarazo.

Pues bien, cuando tenemos niveles elevados de Cortisol en sangre o de Adrenalina, de forma continua y mantenida, este flujo de señales hormonales entre el cerebro y los ovarios se altera e incluso se anula. Produciendo, por ejemplo, la Anovulación (No ovulación) e impidiendo el ansiado embarazo.

Éste es solo un pequeño ejemplo del poder de nuestra mente con respecto a nuestro cuerpo. Existen muchísimos más ejemplos que afectan al sistema reproductor, tanto del hombre como de la mujer. Pero es imposible explicarlos todos aquí, ya que cada caso, cada pareja, merece una dedicación especial, que sólo se puede hacer en la consulta.

Os invito a que leáis el siguiente artículo, donde explicaré cómo afecta nuestro “estilo de vida” a la fertilidad.

Lo importante es saber que nosotros mismos podemos evitar estas patologías y que cuidándonos y queriéndonos un poco más, podemos conseguir grandes logros en nuestra salud reproductiva.