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Nuevos avances en la Reproducción asistida



Cada año nacen en nuestro país 16.000 niños de tratamientos de reproducción asistida –el 84 por ciento por técnicas de Fecundación In Vitro y el 16 por ciento por Inseminación Artificial-, situándose España entre los tres primeros países de Europa en cuanto al número de ciclos de reproducción humana asistida, tal y como muestra el Registro ‘European IVF monitoring’ de la ESHRE. Asimismo, una parte fundamental de dicha asistencia reside en el laboratorio de Reproducción Humana Asistida y Embriología Clínica.

De ahí a importancia del Congreso Anual de la Asociación para el Estudio de la Biología de la Reproducción (ASEBIR), en el que las ponencias y debates se centraron en cuatro temas prioritarios: la embriología, la andrología, la calidad y la genética.

El motivo: profundizar en las nuevas tecnologías que se están desarrollando, como las de observar a los embriones a lo largo de su desarrollo, ofreciendo la posibilidad de obtener una selección más eficaz que facilite el incremento de las tasas de embarazo.

Una de las notas destacadas fueron, por ello, las nuevas incubadoras con sistemas de imágenes que permiten realizar multitud de fotografías a lo largo del proceso, configurando un vídeo de retratos sucesivos que ofrece mucha más información. «El resultado es un incremento de las tasas de implantación de embriones de entre un 5 y un 10 por ciento», explica Montserrat Boada, embrióloga y nueva presidenta de ASEBIR.

En el terreno de la andrología, se han analizado las columnas de unas proteínas llamadas anexinas, dotadas de un campo magnético que posibilita la separación de una muestra seminal en aquellos casos en que están comenzando a degenerar. De este modo, se obtienen unas mayores tasas de embarazo, algo que también sucede con la realización de los test que separan espermatozoides con DNA fragmentado –la fragmentación del ADN se encuentra inversamente relacionada con la capacidad fecundante del individuo. Así, cuanto mayor sea el índice de fragmentación del ADN, menor será la capacidad fecundante del individuo—.

Por su parte, y en el área de la genética, el Congreso ha promovido el análisis de técnicas moleculares con la finalidad de estudiar todos los cromosomas en la aplicación de los diagnósticos genéticos preimplantacionales. Además, los profesionales también analizaron los test genéticos.

«Estos se pueden llevar a cabo en pacientes que se someten a cualquier ciclo de reproducción asistida, o en cualquier pareja que desee conocer la posibilidad de portar, genéticamente, la misma enfermedad, lo cual supone, en el 25 por ciento de los casos, la transmisión a sus descendientes», apunta Boada.