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Todavía perviven muchos mitos en torno a la Reproducción Asistida



La probabilidad de que un tratamiento de RA desemboque en un parto múltiple es una de las cuestiones que más temor infunde a quienes se están planteando recurrir a este tipo de técnicas. La posibilidad de que esto suceda está estrechamente ligada a dos factores: el tipo de tratamiento utilizado y la edad de la mujer (excepto en el caso de la donación de óvulos). En términos generales, el número de embarazos múltiples se ha ido reduciendo con el paso de los años. Un buen ejemplo de ello es el caso de los tratamientos de Fecundación in Vitro con uso de óvulos propios. Según datos de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), en este tipo de técnica el porcentaje de embarazo múltiple pasó del 36,3% en el año 2002 al 23,9% en el año 2009.

Para evitar sorpresas de última hora, hoy en día los pacientes son informadas en todo momento de las probabilidades de gestación y de los riesgos de gemelaridad en su caso. Además, según la doctora Vernaeve, “la determinación del número de embriones a transferir debe resultar del diálogo entre el médico y la paciente/pareja teniendo en cuenta los factores médicos y sociales. La decisión final la toma la pareja, pero siempre de acuerdo con su médico”.

Otra opinión común se refiere a la poca preocupación que demuestran los profesionales de los centros de fertilidad hacia la experiencia emocional que vive la paciente. La Directora Médica de la Clínica Eugin explica que “es cierto que la importancia del resultado y la obtención del embarazo se ha priorizado tanto, que el factor emocional no se ha tratado de la forma más adecuada a lo largo de los años”. La especialista alerta sobre el riesgo que este comportamiento puede entrañar incluso en términos de éxito terapéutico, puesto que “una mala vivencia y/o un escaso soporte emocional puede conllevar a un abandono precoz de los tratamientos y por lo tanto, a la sensación de fracaso personal”.

Un tratamiento de este tipo suele conllevar una elevada carga emocional, y la gestión de esta circunstancia ha de adquirir mayor peso. Un ejemplo de esta nueva realidad por apoyar al paciente está siendo liderada por el equipo de psicólogos de la Clínica Eugin. En este sentido, la doctora añade: “nuestros tratamientos están siendo enmarcados, tanto de forma reactiva cuando la paciente solicita apoyo, como proactiva en los momentos más importantes del proceso (por ejemplo, ante un resultado negativo).” 

Falsas creencias en torno a la donación de óvulos 

La donación de unos óvulos de una mujer fértil a otra que los necesita para concebir es una de las técnicas de reproducción asistida que más confusión genera socialmente, especialmente en lo que respecta al anonimato de la donante y a la compensación que ésta recibe por sus óvulos.

La Ley de Reproducción Asistida Humana 14/2006, en el artículo 5 del capítulo II, estipula que “la donación será anónima y deberá garantizarse la confidencialidad de los datos de identidad de los donantes por los bancos de gametos, así como, en su caso, por los registros de donantes y de actividad de los centros que se constituyan”. Como consecuencia, en España, la mujer que recibe estos óvulos nunca puede conocer la identidad de la persona que se los donó. Por su parte, la donante no puede decidir quién es la mujer destinataria de los mismos. La clínica es la que asigna la donante a la receptora en función de unos estrictos criterios de compatibilidad. 

Los datos de la donante sin embargo sí que siguen en poder del centro, para ser utilizados en caso que por razones estrictamente médicas fuese necesario.

La donación de óvulos es un gesto altruista y así lo reconoce la legislación española. La donante recibe únicamente una compensación que tiene como objeto resarcirle por las molestias y los gastos que el tratamiento le haya podido ocasionar. Hay que tener en cuenta que un tratamiento de donante implica numerosos desplazamientos al centro, la autoadministración diaria de una medicación, así como una alta disponibilidad, entre otras molestias. En concreto en la Clínica Eugin, la simple mención a una motivación económica, conlleva la automática desvinculación del programa de donación.