La estimulación hormonal en mujeres con problemas de fertilidad aumenta el riesgo de tumores “fronterizos” (con débil potencial de malignidad) en los ovarios, según un estudio publicado el jueves en Human Reproduction, publicación de la Sociedad Europea de Reproducción.
El equipo de la profesora Flora van Leeuwen (Instituto Holandés del Cáncer, Amsterdam) analiza datos sobre más de 25.000 mujeres con diagnóstico de infertilidad en Holanda entre 1980 et 1995. Entre ellas, 19.146 recibieron al menos un tratamiento de estimulación ovárica, contra 6.006 no tratadas. Se trata del primer estudio que incluye una comparación con un grupo de mujeres que no han recibido tratamiento hormonal para estimular la producción de ovocitos. “Esto es particularmente importante debido a que la dificultad de concebir un niño o el no haber estado estado nunca embarazada son conocidos como factores que aumentan el riesgo de un cáncer de ovario”, señalan los autores.
Entre las más o menos 25.000 mujeres estudiadas se halló 77 tumores malignos de ovario, mientras que el riesgo de desarrollar este tipo de tumor es muy baja en la población general. Después de ajustar diferentes factores (número de niños, la causa de la infertilidad, etc.), las investigaciones evidencian un riesgo duplicado de desarrollar tumores malignos de ovario en mujeres que recibieron la estimulación ovárica en comparación con el grupo no tratado. “En forma sorprendente, entre las 61 mujeres con tumores malignos de ovario en el grupo sometido a la estimulación hormonal, 31 tenían un cáncer fronterizo y 30 un cáncer invasor. Una proporción anormalmente alta de tumores fronterizos”, indicó la profesora Van Leeuwen.
Los tumores fronterizos de los ovarios tienen un débil potencial de malignidad y rara vez son mortales, pero requieren tratamiento quirúrgico. Los investigadores no observaron una asociación entre el aumento del riesgo de malignidad ovárica y el número de ciclos de tratamiento hormonal, pero van a proseguir sus trabajos en esta dirección.
El vientre de alquiler es una opción de la reproducción asistida en la que una mujer gesta y pare un bebé para una pareja. Los padres aportan el óvulo y el espermatozoide necesarios para conseguir el embrión y la gestante alquila su útero.
La legislación española prohíbe la técnica, así que quienes la necesitan para poder tener hijos acuden a clínicas de Estados Unidos, India, Brasil o países del Este donde está permitida. Esta limitación legal provoca que solo las parejas con cierta capacidad económica accedan a una opción que entre costes médicos y de viaje puede ascender a 60.000 euros.
Especialistas en reproducción asistida reunidos ayer en Málaga en unas jornadas organizadas por el abogaron por que se legalicen los vientres de alquiler en España. ”Yo estoy a favor de que se permita en nuestro país. Bien regulado no habría ningún problema, ya hay mucha experiencia en Estados Unidos“, apuntaba el ginecólogo de la clínica malagueña Manuel Martínez Moya.
La también llamada maternidad subrogada está muy regulada en Estados Unidos
Los padres y la mujer que alquila su útero incluso firman un contrato donde se estipula hasta el más mínimo detalle. Manuel Fernández, director del IVI de Sevilla, y Alfonso de la Fuente, presidente del grupo de Ética de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), también se manifestaron a favor de su autorización. La SEF ya se ha pronunciado en el mismo sentido. Fernando Abellán, asesor jurídico de esa entidad, dijo que por lo menos es hora de “abrir el debate” de los pro y los contra de su autorización.
La maternidad subrogada permite que tengan hijos parejas en las que la mujer carece de útero o tiene alguna patología por la que no puede llevar la gestación. Esta es una indicación médica. Pero también es una alternativa para las parejas homosexuales masculinas. En estos casos, se utilizan el esperma de uno de ellos, óvulos de donación y un vientre de alquiler. En estas parejas la indicación es social. Médicos participantes en las jornadas llamaron la atención sobre el hecho de que la ley prohíba la maternidad subrogada, pero luego los hijos puedan asentarse en el Registro Civil.
No obstante, algunos especialistas aclararon que este trámite en realidad se realiza haciendo “trampas sobre la ley“, como fingir en la Embajada española de Bombay (India) una adopción del bebé nacido mediante vientre de alquiler. En la actualidad, no solo es ilegal la técnica sino también cualquier colaboración de una clínica española para su preparación. Durante dos días, los expertos debaten sobre los aspectos médicos, sociales, económicos, legales, morales y hasta emocionales de la reproducción asistida. En síntesis, de lo más importante en la vida de cualquier persona: los hijos.
La optimización en los medios de cultivo y el adelanto en las técnicas de micromanipulación de ovocitos, espermatozoides y embriones, supone que hoy en día se pueda ofrecer a los pacientes embriones con el mayor potencial de implantación. De forma natural, un embrión se implanta en el útero materno 5-6 días tras la fecundación, en este estadio el embrión recibe el nombre de blastocisto y consta de unas 100-150 células.
En condiciones de laboratorio, inclusive hasta hace pocos años, era poco probable la obtención de blastocistos humanos en TRA, debido a que requería condiciones artificiales óptimas dentro del laboratorio y en la práctica muchos embriones se perdían antes de poder alcanzar el estadio deseado. La optimización lograda en el laboratorio de fiv VALENCIA, hace que la obtención de embriones en estadio de blastocisto sea posible.
El análisis de nuestros resultados muestra una probabilidad general de llegada a estadio de blastocisto del 60% y en caso de tratarse de pacientes con un perfil específico (jóvenes y/o con buena calidad embrionaria) este porcentaje puede llegar incluso al 80%; además hemos hallado un amplio perfil de pacientes que podrían beneficiarse de la transferencia de blastocisto:
• Las que presentan fracasos previos de FIV
• Aquellas con número adecuado de embriones pero de calidad disminuida
• Pacientes con deseo de gestación única
• Pacientes en riesgo de síndrome de hiperestimulación
• Pacientes en riesgo de transmitir enfermedades genéticas (en combinación con técnicas de diagnóstico genético preimplantacional)
Asimismo, cabe destacar que el desarrollo de blastocistos permite la transferencia de un solo embrión sin disminuir las posibilidades de gestación pero disminuyendo drásticamente las gestaciones múltiples; este hecho es de especial importancia en parejas con deseo de gestación única, en aquellas mujeres que por riesgo de enfermedad concomitante sea recomendable la gestación única (hipertensas, alteraciones uterinas, etc.) y en las receptoras de ovocitos en las cuales por edad avanzada sea asimismo recomendable un embarazo único.
La dificultad que tiene un varón para embarazar a su pareja se debe a la disminución en la cantidad y en el movimiento de sus espermatozoides. Esta situación puede ser la consecuencia de alguna infección de transmisión sexual (ITS), entre ellas la sífilis, la gonorrea, el herpes simple y la clamidia, que se adquieren a través de las relaciones sexuales sin protección.
Se estima que el 25% de los casos de infertilidad, tanto en el varón como en la mujer, se deben a infecciones de transmisión sexual que son causadas por virus, parásitos o bacterias. Adolfo Rechkemmer, especialista en infertilidad del Instituto de Ginecología y Fertilidad, explica que esto se da en algunos casos porque esas infecciones obstruyen los conductos de salida de los espermatozoides y, por tanto, causa problemas de esterilidad. Son diversos los tratamientos de infertilidad que permiten hacer realidad el sueño de convertirse en padres.
El especialista señala que entre las técnicas de fertilidad asistida de baja complejidad figuran: la inseminación artificial, para los casos de alteraciones espermáticas leves; en tanto que la inyección intracitoplasmática de esperma (ICSI) es una técnica de mayor complejidad.
El lunes 24 de octubre nacieron en Bolivia los primeros bebés INVO del país, una nueva técnica de reproducción asistida mediante un cultivo intravaginal inventada por el Dr. francés Claude Ranox y aplicada de manera pionera en la clínica Cenalfes del médico Joaquín López Arana, en la ciudad de Cochabamba. El INVO es un novedoso sistema de fertilización, en el cual se coloca una pequeña cápsula en el organismo femenino para la incubación de óvulos y espermatozoides para lograr el desarrollo de los embriones.
A diferencia de la reproducción in vitro tradicional (IVF), según explicó López, “el cultivo intravaginal utiliza la vagina de la mujer como incubadora natural”, soportando el desarrollo del embrión durante la primera etapa del embarazo, debiendo luego retirarse la cápsula.
El parto de los gemelos se realizó exitosamente por la mañana de este lunes, en las instalaciones de la clínica Cenalfes y fue asistido por un grupo multidisciplinario de especialistas dirigidos por el Dr. López, además de la presencia del inventor de esta técnica. ”Es realmente un acontecimiento muy especial porque este sistema revolucionará la reproducción asistida en el mundo”, comentó López, mientras explicaba los múltiples beneficios que otorga. Los beneficios en la utilización de esta écnica son varios, el más importante, es que en el cuerpo de la madre se logra la fecundación. Es el ideal en temperatura, niveles de ph, oxigenación.
La antigua técnica requería de aislar a los espermas y óvulos a través de un procedimiento de laboratorio para mantenerlos en un cultivo hasta que se efectúe la unión. Otro punto a favor es el costo, que, de acuerdo al Dr. López, es mucho más accesible, disminuyendo prácticamente en la mitad un tratamiento para lograr la gravidez. ”En un país como el nuestro, esta es realmente una buena noticia porque hasta antes, la cantidad de dinero invertido para una fertilización asistida era demasiado como para poder llegar a todos los niveles de pacientes”, explica el especialista.
López agrega que este sistema permite un mejor control de embarazos múltiples, porque permite gestar de uno a dos embriones, evitando la incidencia de partos de trillizos, muy frecuentes en la inseminación artificial humana. ”El tratamiento es mucho más amigable porque se trata de un proceso natural, evita varias de las complicaciones que se tenían con la IVF tradicional y se emplean menos medicamentos”, complementa.
Entre los requisitos que requiere el invocell está el tratamiento de apoyo hormonal, común en cualquier intento de fertilización asistida debido a que la presencia de estrógenos y fundamental para la anidación del embrión, sobre todo durante el primer trimestre de gestación. López explicó que además de la técnica Invo, aplica en la mayoría de sus paciones unos modernos aros de estrógeno de liberación prolongada que sueltan las hormonas de manera progresiva al ser colocadas intravaginalmente, evitando las molestias de las inyecciones.
Los bebés concebidos mediante un tratamiento de fertilidad serían algo más pequeños al nacer que los niños concebidos naturalmente, aunque aún no está claro si eso se debe a la terapia en sí o a la infertilidad materna subyacente, reveló un estudio realizado en Estados Unidos.
Un grupo de investigadores observó a casi 2.000 mujeres y halló que los bebés nacidos de aquellas con problemas de fertilidad pesaban un poco menos -unos 453 gramos en promedio-, según resultados publicados en la revista Fertility & Sterility. Esos niños corrían también mayor riesgo de tener bajo peso al nacer, es decir estar por debajo de los 2,49 kilogramos. “Pero es difícil diferenciar. ¿Se debe a la infertilidad o a la tecnología usada para tratarla?“, expresó Amber Cooper, profesora asistente de obstetricia y ginecología de la Washington University en St. Louis, quien dirigió el estudio. Investigaciones previas han relacionado el mal crecimiento fetal y el menor peso al nacer con un mayor riesgo de desarrollar ciertos problemas de salud en la adultez, como hipertensión y enfermedad cardíaca.
El equipo de Cooper observó los registros de 461 mujeres que llegaron a su centro con problemas de fertilidad durante 10 años y finalmente tuvieron un bebé. Más de la mitad se sometió a una fertilización in vitro (FIV), mientras que 106 fueron tratadas con fármacos y 104 finalmente quedaron embarazadas por su cuenta. Las pacientes fueron comparadas con 1.264 mujeres fértiles que dieron a luz durante el mismo período.
En general, los bebés nacidos de mujeres con problemas de fertilidad eran más pequeños. Pero no había diferencia en el peso de nacimiento promedio entre los hijos de las mujeres que se sometieron a FIV y los de aquellas infértiles que terminaron teniendo un bebé sin ayuda médica. La mayor brecha se observó en el grupo de mujeres que habían sido tratadas con medicamentos para la fertilidad, que incentivan la ovulación. Sus recién nacidos eran unos 225 gramos más livianos que los de las madres fértiles, diferencia que Cooper calificó de pequeña pero aún así significativa. Por otro lado, el mayor riesgo de bajo peso al nacer en el bebé se observó fundamentalmente en los hijos nacidos por FIV. El 12 por ciento de esas mamás tuvo un recién nacido de bajo peso, frente a algo menos del 8 por ciento de las madres sin problemas de fertilidad. “Los resultados sugieren que una amplia porción de esto estaría relacionado con la infertilidad subyacente”, dijo Cooper.
Los fármacos para tratar la infertilidad suelen usarse en mujeres cuya condición está relacionada con problemas de ovulación. En el caso de este estudio, fue casi la mitad del grupo tratado con medicación. Investigaciones previas también sugirieron que cuanto más demora una pareja en concebir, mayores son las posibilidades de bajo peso al nacer en el bebé u otras complicaciones.
La FIV suele realizarse sólo después de que fracasan los medicamentos u otros tratamientos menos exhaustivos. No obstante, los investigadores del presente estudio no pudieron vincular el bajo peso al nacer con causas específicas de la , y Cooper resaltó que no podría descartarse cierto efecto de la tecnología. Dado que cerca del 2 por ciento de los nacimientos anuales en Estados Unidos son actualmente asistidos por algún tratamiento de fertilidad, será importante seguir estudiando los efectos de la terapia sobre la salud a largo plazo, señaló la autora.