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Cultura POP



Las Autoridades Sanitarias, que son como las escuadras de defensa de la socialdemocracia, en un paquete de tabaco y sobre una imagen de espermatozoides como platillo de alcaparras, advierten: «Fumar puede dañar el esperma y reducir la fertilidad».

¿La industria del tabaco en competencia directa con la industria del condón?

Yo creo que las Autoridades Sanitarias, a cuyo mando se encuentra la ministra Mato, que tanto recuerda, en viejo, a Snoopy, símbolo de la precultura pop, van más allá, y protegen la calidad del esperma porque sin fertilidad no hay concepción, y sin concepción no hay aborto (que «es como ponerse tetas», pues sin tetas no hay paraíso), y sin aborto no hay derecho a decidir («nosotras parimos, nosotras decidimos»), y sin derecho a decidir no hay libertad, y sin libertad no hay democracia, y sin democracia las Autoridades Sanitarias no podrían prohibir el tabaco, que con su daño al esperma reduce la fertilidad y pone en riesgo este círculo vicioso en torno del cual gira hoy toda la cultura pop en España, donde la publicidad está copada por una firma de lácteos (¡privatización de la sanidad!) que regulan el corazón, el colesterol, el sistema inmunológico y el tránsito intestinal.

Con la Danone cuidando de mi salud y el Gobierno vigilando mi fertilidad, sólo me queda sentarme a leer.

–Tan sólo entre gente cuya imaginación ha sido reblandecida por una especie de mesmerismo puede intentarse un truco tan transparente como el de la publicidad –nos avisa el viejo Chesterton desde su estante en la librería.

¿Mesmerismo?

Acudo a Wikipedia y me pide un donativo de dos euros para preservar su independencia, ya que no acepta subvención ni publicidad. Y, bien mirado, ¿qué son dos euros al lado de los doce que cada día, a la hora de la siesta, me piden los de Acnur cuando, en vez de fumar, que amenazaría mi fertilidad, me enchufo a los félidos del «National Geographic» para, con sus ronroneos, dejarme arrullar?